El quindim, el dulce más sabroso de Brasil
Me encanta descubrir la gastronomía de otros países, se puede
aprender mucho sobre su cultura y tradiciones a través de sus platos.
Esta vez le ha tocado el turno a este dulce tradicional brasileño llamado quindim, que se prepara tan solo con tres ingredientes y que tiene sus origen en la repostería conventual portuguesa.
La masa de este postre me ha recordado a la del bizcocho mágico, pues con el efecto de la cocción la masa se separa en dos densidades diferentes, una más sólida y otra más cremosa, parecida al flan, y que al combinarse son una auténtica perdición. Si sois golosos os aseguro que ¡os va a encantar!
Empezamos pasando las yemas por un colador, para quitar cualquier grumo que pudieran tener, y las ponemos en un bol grande. Añadimos el azúcar y batimos con unas varillas hasta que esté todo bien integrado. Agregamos el coco rallado y volvemos a remover.
Untamos generosamente un molde de corona con mantequilla y lo espolvoreamos, también generosamente, con azúcar. Vertemos la mezcla en él, la tapamos con papel de plata y la dejamos reposar una hora.
Precalentamos el horno a 200ºC, ponemos una bandeja en el horno con agua hirviendo y dentro de ella el molde que teníamos preparado (sin retirar el papel de plata) y cocemos la masa al baño María una hora y cuarto aproximadamente o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Dejamos enfriar antes de desmoldar.
La masa de este postre me ha recordado a la del bizcocho mágico, pues con el efecto de la cocción la masa se separa en dos densidades diferentes, una más sólida y otra más cremosa, parecida al flan, y que al combinarse son una auténtica perdición. Si sois golosos os aseguro que ¡os va a encantar!
Empezamos pasando las yemas por un colador, para quitar cualquier grumo que pudieran tener, y las ponemos en un bol grande. Añadimos el azúcar y batimos con unas varillas hasta que esté todo bien integrado. Agregamos el coco rallado y volvemos a remover.
Untamos generosamente un molde de corona con mantequilla y lo espolvoreamos, también generosamente, con azúcar. Vertemos la mezcla en él, la tapamos con papel de plata y la dejamos reposar una hora.
Precalentamos el horno a 200ºC, ponemos una bandeja en el horno con agua hirviendo y dentro de ella el molde que teníamos preparado (sin retirar el papel de plata) y cocemos la masa al baño María una hora y cuarto aproximadamente o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Dejamos enfriar antes de desmoldar.
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